El Santísimo Cristo de la Salud es una magnífica obra anónima del siglo XVIII.

La talla, barroca, destila, no obstante, serenidad y equilibrio. El sudario pende suavemente, sin violentos revoloteos. La cabeza cae a su derecha mansa, sin aspavientos. La impavidez de la cara queda, eso sí, atenuada por las dramáticas heridas y los regueros de sangre que, sin conseguir afearla, dibujó el policromador. El anónimo escultor parece conocer de primera mano la obra del sevillano Pedro Roldán, al que imita en diferentes detalles, como en la talla del pelo.

Titular original de la primitiva Cofradía de Dolores, la Hermandad logró recuperar la talla el 25 de febrero de 1992, siendo restaurado e incorporado al Título el 6 de octubre de 1995.

En el año 2018 se reincorpora a la jornada del Miércoles Santo volviendo a realizar Estación de Penitencia más de un siglo después.